[itzul] aposentador mayor
Mendiola Agirre, Aitzol (Educación)
aitzol.mendiola.agirre a bildua cfnavarra.es
Ost, Mar 7, 13:27:25, CET 2007
Alegia, estresa ez dela gaitz berria!
Mila esker, Karlos
-----Mensaje original-----
De: itzul-bounces a bildua postaria.com [mailto:itzul-bounces a bildua postaria.com] En nombre de Karlos del Olmo Serna
Enviado el: asteazkena, 2007.eko martxoak 7 13:12
Para: ItzuL
Asunto: Re: [itzul] aposentador mayor
Logistikaz itzuli behar eta har zer topatu dudan!
http://personal.telefonica.terra.es/web/franciscomanso/Estrat-inf%2013.htm
Velázquez, Diego Rodríguez
de Silva
La nueva y también no menos brillante profesión
de Velázquez: logístico ©(IV:13)
Perfil del cargo de aposentador (logístico) de Velázquez
en la Corte
No es necesario insistir sobre la importancia de la logística
en esta entrada dedicada a Velázquez. El Diccionario
enciclopédico de estrategia empresarial así
lo reconoce dedicándole una entrada específica, a la que
dirigimos al lector para una mejor comprensión de lo que significa
la desconocida, hasta ahora, profesión de Velázquez como
aposentador mayor de la Corte. La aportación del libro citado más
arriba, nos describe, con minuciosidad, entre otras cosas, los quehaceres
del Velázquez aposentador, que hace clara la definición
de la logística como el arte de abaratar los costes. Para ello
Velázquez reunía unas cualidades innatas para el puesto:
una preparación multidisciplinar, como diriamos ahora. La logística
en manos de Velázquez se manifiesta como una herramienta que utiliza
con mano hábil y trabajo concienzudo, que conseguía que
cada cosa estuviera en el lugar oportuno y en el momento oportuno.
Según se demuestra en la investigación
citada, Velázquez, para poder ejercer en este puesto tenía
que llevar a cabo las funciones directivas que ahora reconoceríamos
como de una auténtica dirección general en una empresa.
Los documentos utilizados para la investigación por Javier
Cordero y Ricardo J. Hernández presentan una catarata
de datos que para Velázquez resultaban esenciales. Entre estos
documentos figuraban las cédulas de aranceles de precios. Estos
documentos fijaban un precio máximo para cada mercadería,
materia prima, producto elaborado o servicio, salarios, jornales o alquileres
de medios de transporte de personal o mercancías alrededor de la
corte española. El Velázquez aposentador o logístico
que nos interesa, debió realizar muy frecuentes presupuestos antes
de ordenar los correspondientes acopios de personal, materiales, transportes
en los desplazamientos de los reyes o en la organización de actos
públicos presididos por éllos, desde las corridas de toros
en la Plaza Mayor de Madrid hasta ceremonias pseudo-inquisitoriales
como los autos de fe.
La compleja administración de la corte española
del siglo XVII, necesitó de un buen número
de auténticos profesionales que llevaran la organización
burocrática estatal, iniciada por el Emperador Carlos V y luego
impulsara, de manera importante, el conde-duque de Olivares,
con quien colaboró Velázquez. Resulta sorprendente la pulcritud
con que trataban los asuntos de gestión en la corte de los Austrias:
control presupuestario, auditoría contable, aprobación de
gastos y proyectos, planificación de frecuentes operaciones logísticas,
para satisfacer las cada vez más exigentes necesidades de los servicios
públicos.
El cargo de aposentador se define como el que prepara
las posadas a la compañía del Rey. Se encargaba de buscar
alojamiento al séquito de los soberanos o a los funcionarios públicos
durante sus traslados. La calidad del puesto se pone de manifiesto no
sólo por las responsabilidades que le corresponden, sino por el
sueldo y las ventajas recibidas en especie. Un órgano importante
de la responsabilidad de Velázquez lo constituía la llamada
Junta de Aposento. Este órgano era una especie
de tribunal formado por otros aposentadores, un fiscal, un secretario,
dos contadores con asiento en el tribunal, un agente fiscal, un oficial
de secretaría, un procurador, un portero, un alguacil y un escribano.
La Junta se reunía en la casa del aposentador mayor tres días
a la semana, los lunes miércoles y viernes por la tarde, durante
dos horas, y su función consistía en conservar, administrar
y distribuir la Regalía de Aposento, es decir
las múltiples propiedades inmobiliarias de la Corona. La renta
de todo este patrimonio alcanzaba importantes cantidades cada año.
Sería como administrar una importante organización financiera
de nuestros días.
Sus tareas incluían, asimismo, la supervisión
de la limpieza llevada a cabo por los barrenderos en todo el palacio,
sus patios y escaleras; la responsabilidad sobre el estado y cantidad
de todo el mobiliario de madera de los aposentos reales; la logística
protocolaria del trono o silla en la que había de sentarse el Rey;
la organización formal de la audiencia cotidiana del mayordomo
mayor; tener a su cargo la bujería de cámara, su cuidado
y reparación; comprar, hacer acopio, almacenar, controlar el gasto
y la oportuna reposición de leña y carbón, etc. Por
ejemplo, en le caso de un desplazamiento real, Velázquez tendría
que ocuparse de planificar: la ruta a seguir, las etapas a cubrir en cada
jornada, los medios de transporte necesarios para mover los enseres que
precisaba la más alta dignidad del reino en cualquier lugar al
que acudiese, los enseres y mobiliario para comidas o cenas, vajillas,
cuberterías, ropa de cama y mesa, adornos, tapices y objetos de
decoración, contenedores para transportar alimentos, agua o vino,
transporte de leña, retretes y la supervisión previa de
los alojamientos reales y su aislamiento.
Una de las últimas actividades profesionales como
aposentador, seguramente la más importante desde el punto de vista
histórico y profesional, fue la organización del encuentro
de los reyes de España y Francia para la firma de La Paz
de los Pirineos. Este acto se llevó a cabo en julio de
1660 en la Isla de Los Faisanes, en el río Bidasoa,
cerca de Fuenterrabía. Uno de los contenidos de
este acuerdo fue el tratado de capitulación matrimonial de la hija
de Felipe IV, María Teresa, con Luis XIV
de Francia. La preparación logística de este encuentro
significaba conducir, desde Madrid hasta Fuenterrabía, a un séquito
constituido por la totalidad de los altos dignatarios de la corte del
rey de España. A grandes rasgos, Velázquez debió
ocuparse de la planificación, organización y control de
los aposentos reales en cada plaza del recorrido que hiciera la corte,
la selección del personal que debía viajar hasta Fuenterrabía,
equipamiento, transporte de personas y materiales, acopio de enseres y
mobiliario, muchos de éllos fabricados especialmente para esta
ocasión, trazado de rutas de ida y retorno desde Madrid a Fuenterrabía,
elección de las localidades por las que debía pasar el monarca,
en qué ciudades almorzaría y en cuáles pernoctaría,
preparación de los agasajos protocolarios en cada una de ellas
y la construcción y decoración de la parte española
del edificio sede de la cumbre hispano francesa en la isla de Los Faisanes,
levantada expresamente a tal efecto.
Según testimonia la documentación manejada
por Cordero y Hernández, el último cometido
de Velázquez como aposentador resultó de total satisfacción
de Felipe IV, aunque la gran responsabilidad y esfuerzo
que le exigió este importante acto, acabo por empeorar, aún
más, su ya quebrantada salud. Falleció aquel mismo año
de 1660.
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